Cuando Osvaldo Laport y Andrés Tulipano firmaron el contrato por los derechos de autor de Las novias de Travolta se inició un viaje muy ansiado por el actor uruguayo radicado en Argentina. Un viaje en el que su mujer, la actriz Viviana Sáez, fue pieza clave de un rompecabezas que culminó en febrero pasado con un estreno porteño muy aplaudido. La obra en la que Viviana comparte cartel con las actrices Adriana Salonia, Patricia Viggiano y Goly Turilli, se exhibe en el teatro Chacarerean y estará hasta fines de abril. "Esa noche se nos acercó Jaz, apareció con un corazoncito que no entendíamos lo que era. Dentro tenía una carta de amor y dinero. Era el caché de su primer desfile como modelo y nos dijo que quería contribuir con la obra. Por eso nuestra hija también tiene una gran participación en todo esto", cuenta, rojo corazón en mano, Laport a Sábado Show. Alcanza un programa: "Jazmín, gracias hija por querer ser un pilar más en este sueño", se lee. Es la previa a la salida en escena y está, inseparable del un mate, atento a los detalles del escenario y la iluminación mientras Viviana, quien además de protagonista oficia de productora, se maquilla en el camerino.

Adaptaciones. Es la primera vez que Las novias de Travolta se produce en Argentina. El referente uruguayo que es Tulipano ya habían llegado con otros textos como Brujas y Busco al hombre de mi vida (Marido ya tuve). La historia, que con comicidad habla de la búsqueda de la felicidad en la madurez femenina, es conocida para los uruguayos y la versión Laport -que adaptó el guión- no decepciona. "Confieso que cuando vino Tulipano al estreno tenía mucho temor, quería que la viese y me dijera qué opinaba y tuve la fortuna de escuchar: `Osvaldo has encontrado un subtexto`. De pronto ni él mismo sabía que podría bucear profundamente, la obra pasa de la comicidad a la emoción porque entendí que más allá de la comicidad había que rescatar también de cada personaje sus diferencias, sus historias, sus miserias, sus cargas emocionales y creo que he logrado eso en los cuatro personajes. Tulipano me agregó que ninguna de las puestas en escena que vio en otros lados había buceado en ese compromiso".

-Concretaste un sueño ¿qué se siente esta nueva faceta de director y que sea con obra de autor uruguayo?

-Siento una gran alegría por poder plasmar en mi país de adopción una puntita de la cultura uruguaya. Es una carga emocional muy fuerte y un gran orgullo porque cuando yo charlaba con Tulipano sabía que su guión, su obra, su hijo ha sido plasmado en muchísimos países con muchísimo éxito y yo me preguntaba: ¿Por qué no acá? Así que también rompí esa barrera. Está bueno empezar cosas nuevas… Tengo ganas de hacer teatro también como actor. Y con esta obra estoy calmo y está justamente relacionado con el estreno, una cosa es empezar a pelear el proyecto y otra el ya haber estrenado, el ya tener la prueba hecha con el público de la calle y con el público afectivo de amigos y colegas. Han salido muy buenas críticas y si bien confiaba en mi estética, mi criterio, en este caso sé que además tuve en manos un guión brillante y exquisito escrito por Andrés Tulipano, que es un amigo hoy y que fue muy generoso en cuanto a la libertad que me dio a la hora de la adaptación. Creo que logré esta cosa de reír llorando y en eso está el sello de mi dirección, si bien es un laburo en comunión porque trabajé con cuatro mujeres en un texto que trata sobre mujeres y discutimos mucho la adaptación, fue un trabajo muy profundo en ese sentido.

-¿Cómo fue esa adaptación del libro? ¿Hay diferencias entre el humor uruguayo y el argentino?

-La adaptación había que hacerla porque estamos en otro país con otra idiosincrasia, otras costumbres, otros códigos, otro humor. Trabajamos en comunión porque era necesario que ellas se sintieran identificadas y volcaran allí su propia experiencia. Pero también fue un trabajo profundo porque yo además decidí dejar algo que en otros países donde se hizo la puesta de la obra se quitó y es que uno de los personajes es hija de exiliados. En otros países hicieron la versión más light y yo sentí que era una excelente oportunidad, sobre todo los países que pertenecemos al "Coño Sur" con historia de exilio y eso no debemos omitirlo ni olvidarlo, al contrario, está bueno refrescarlo y entonces hice hincapié en ese personaje. Hay una emoción comprometida. En cuanto al humor lo que sucede es que, si bien soy uruguayo, a la hora de la cotidianidad estoy acá y puedo interpretar el código de "humor" de las mujeres acá. La diferencia del humor está en la actitud más imperativa que tiene la idiosincrasia argentina, en ambos países hay humor inteligente pero allá no está la cosa de transitar sobre el filo, de reírse de algo incómodo.

-Esto es de alguna forma como un hijo… ¿Cómo te resulta trabajar con Viviana?

-Sí, es la intención de hacer algo juntos. De poder empezar a caminar con el respeto que merece este medio y trabajar con colegas. Nos rodeamos de gente que sabemos y que conocemos de años más allá del talento de cada uno. Tulipano mandó un mail lindísimo en el que decía que estaba sorprendido con el entusiasmo del equipo, tanto arriba como abajo del escenario. Trabajar con Viviana es como transitar por una vereda de exposición pura. Porque obviamente que al estar tan expuestos en esta vidriera está eso de "es la mujer de". Significaba demostrar que realmente son años de experiencia por parte de ambos… Y de pronto para mí es una gratificación que va más allá de un éxito, es la caricia al alma saber que el público reconoce el laburo de Viviana que de repente ha tenido que cargar con esa mochilita de ser "la mujer de".

Familia en obra. Viviana representa a Gaby. Cumple 43 y fue abandonada por su marido que se fue tras una veinteañera. "Es lo opuesto a lo que yo soy y a mi vida, pero es una mina muy divertida que tiene miedo a perder su nueva libertad", decía Sáez. Y agregaba: "Para mí significa concretar un sueño que teníamos hace tiempo con Osvaldo y siempre se nos hacía muy difícil, porque en esta sociedad a veces trabajar la pareja de actores no es fácil. No está naturalizado como en Estados Unidos donde las parejas de actores pueden llegar a trabajar juntos".

-Volviste a actuar…

-Me encanta, estoy feliz. Hay gente que me decía en la calle: `Retomaste`. No, yo no dejé nada, o sea no se dieron las posibilidades de continuidad televisiva, pero sí he hecho otras obras de teatro y mientras no estaba trabajando estaba haciendo cursos y canto entonces también estaba preparando shows para fiestas privadas y demás. O sea eran cosas que no se veían capaz. Pero esto lo disfruto muchísimo y la expectativa es seguir acá por tres meses y luego ver si hacemos una gira por el interior argentino. Me encantaría ir a Uruguay, sé que se dio allá también con actrices uruguaya, estaría bueno un intercambio…

-¿Decís que hay cierto prejuicio en que una pareja de actores trabaje junta?

-Sí, pero bueno ahora lo estamos disfrutando mucho. Yo fui quien le dije a Osvaldo: `Ova, vos tenés que dirigir`. A mí me gusta tanto como actor porque es tan detallista y en ese sentido como director está siempre generando, dando pautas para enriquecer al personaje y es bueno para un actor ser dirigido de esa forma porque saca de vos cosas impensadas que quizá no creías que podías dar. Para él es su primera experiencia y es muy importante. El dice: `No, yo no soy director, lo que hago lo hago desde lo que sé por mi trayectoria de actor`. Pero es maravilloso. Y las chicas están muy contentas, tenemos una amistad detrás de escena que se transmite.

-¿Cómo te resulta la experiencia de trabajar con tu pareja?

-Ya habíamos trabajado juntos en una tira. No nos cruzábamos directamente y en otra sí y era muy divertida la situación. Cuando empezamos yo le dije: `Va a ser como una prueba de fuego para los dos`, porque podíamos seguir con el tema en casa. Al principio a veces se le escapaba llamarme `Ma` y yo le respondía `Señor director, vamos a poner un poco de distancia`. Me ha llamado la atención y al principio decía: `No me lo digas así` y pensaba: `Es mi marido`. Entonces empecé a razonar que me lo está diciendo Osvaldo pero me lo está diciendo también el director por lo tanto me dije: `Viviana, callate la boca y trabajá`. Es muy placentero trabajar con él. Todas nos sentimos muy cómodas protegidas y cuidadas. Acá no hay diferencia porque soy la mujer.

-Son una de las parejas en el ambiente que sigue en pie y se los ve muy bien ¿Es difícil llevar una pareja de actores?

-Hemos transitado por muchas etapas. Por muchas y por todas creo. Y a esta altura peleas por el ego… Nos complementamos tanto que no tenemos ese tipo de inconvenientes. Pero ha habido otras etapas que sí. Además, nada es color de rosa porque somos los dos muy pasionales y cuando tenemos que discutir discutimos. El ambiente de los medios es duro para mantener una pareja, pero también eso ocurre en la sociedad porque viste que ahora la gente enseguida se separa. Y nosotros cada vez que tuvimos una crisis luchamos para seguir por el amor que nos teníamos. Hay que trabajarlo mucho, yo hago mucha terapia y Osvaldo también. Pero yo siempre digo que hay que rescatar el amor. Obviamente si el amor se acabó, se acabó. Pero esa cosa de decir tuve una pelea fuerte y ya disparar uno para cada lado en el caso nuestro no pasa. Creo que lo que nos mantiene juntos es el amor que hay y el diálogo. Antes, te digo la verdad, como buena tana pasaba cinco o seis días sin hablarle porque me había peleado y él venía y me traía un mate… Y en un momento dije: `¡Cuánto tiempo perdí al divino botón!` Porque realmente descubrís que no vale la pena. En el día a día vivimos coqueteándonos, no porque nos lo imponemos sino porque nos sale desde la sensualidad y desde la intimidad.

-Su hija Jazmín fue un pilar en esta obra…

-Lo de Jaz fue tan lindo. Ella estaba tan feliz y me decía, `pero mamá vos tenés que seguir trabajando porque a mí me encanta como trabajás… Estudiamos juntas canto, baile. Y ella está feliz porque quiere seguir la actuación. Nosotros la estuvimos conteniendo un montón cuando era más chica y siempre le di prioridad al estudio. Jazmín termina el colegio este año y ya me dijo: `Terminó y ya me meto de cabeza al IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte), al conservatorio de arte dramático`. Entonces es lo mejor que me podría haber dicho porque realmente tanto el papá como yo le hemos dicho que la vamos a apoyar mucho pero también tiene que seguir estudiando. Uno conoce tanto el ambiente… Entonces tratamos de darle pautas, de acompañarla, de estar. Pero también obvio va a llegar un momento que va a tener que volar sola. El espacio se lo va a tener que ganar ella, siendo "la hija de…" pero se lo va a tener que ganar. Yo soy de poner más límites que Osvaldo.

El futuro y la TV. Acaba de empezar el año y Laport se confiesa "cansado". No es para menos, además del desafío de poner en escena su primera obra teatral como director, acaba de concluir su participación en la tira de Polka Sos mi hombre en donde su querido personaje Guevarita se despidió con todo tras una extenuante pelea con el boxeador argentino y tricampeón mundial Juan Martín "Látigo" Coggi. "Tras la grabación quedamos los dos muertos y él me dijo: `Hubiera preferido que fuera una pelea de verdad, me hubiera cansado menos`", comparte sobre esa experiencia a Sábado Show y asegura que su agenda ya tiene varios proyectos para este 2013 aunque "todavía no puedo contar nada".

-Estás más flaco ¿Fue por la pelea con Látigo Coggi? ¿Estuviste entrenando mucho?

-Sí, es por esa pelea y por una publicidad que hice. Igual fierros siempre hice y obviamente que cuando supe que volvía Guevarita me puse más. Pero nunca paré. Sería muy poco inteligente de mi parte renegar de mi patrimonio estético. Obviamente los intelectualoides o algún huevón lo criticará pero bueno. Pasa por el trabajo y también por la salud.

-¿Cómo fue ese final de pelea de Guevarita?

-Yo estoy convencido de que Guevarita va a volver nuevamente algún día dentro de un par de años más, tal vez ya con los pañales descartables (se ríe). Pero de verdad fue un mimo y una caricia al alma, al personaje y a mí de parte de Adrián (Suar) y eso se potenció con la despedida que tuvo de esta novela con esa pelea con un boxeador de verdad que tiene tres títulos mundiales, 82 peleas realizadas, 75 ganadas y de ella 44 por knock-out. Fue un mimo, una caricia al alma y estuvo buenísimo, nos divertimos muchísimo con Látigo y el primer encuentro fue a los abrazos y besos. Cuando hicimos la primera escena le di un pico y a partir de ahí nos bardeamos todo el tiempo. Terminamos hechos mierda, con el perdón de la expresión, él decía todo el tiempo: `Prefiero una pelea de box de verdad a esto`. Aparte él no estaba acostumbrado a un rodaje, arrancamos a las ocho de la mañana, y toda la mañana se hizo apertura, cierre, todos los rincones y se dejó la pelea para después de almorzar. Nadie le explicó eso y se clavó una parrillada… Cuando lo fueron a buscar para seguir necesitaba tiempo para la digestión ¡Imaginate lo que fue esa pelea! Además, fue uno de los días de mayor calor y encima abajo de los reflectores. Todo el tiempo tirándonos agua helada en la cabeza y nosotros todo el tiempo mientras nos trenzábamos en la pelea bardeándonos con "Viejo prostático", "Viejo marica". Fue muy divertido.

-Decías que tenías ganas de actuar en teatro también… ¿Te picó el bichito? ¿Qué sigue este año?

-No, nunca se murió ese bichito porque yo recibo muchos guiones con ofertas. Pero no me han seducido. Este año tengo varias ofertas pero aún no puedo decir nada. Lo que si estoy viendo si puedo participar de una película uruguaya que está en preproducción ahora, sería una gran alegría porque históricamente tengo muchísimas ganas de hacer algo allá. Estoy viendo si coinciden los tiempos.

-¿Estás más selectivo que antes?

-Sí, estoy demandando situaciones adultas y creo que es una picardía que la televisión se pierda esa posibilidad. Creo que la televisión es un medio de llegada al público donde realmente más allá de comunicar está posibilidad de plasmar situaciones, historias adultas, inteligentes… Y de eso falta mucho, únicamente encontrás libros adultos en un unitario ¿Por qué no pueden ser historias diarias o en una novela? Se necesitan historias con adultez más allá de los "efectos" que pueda necesitar cada género. Es cuestión de que alguien se anime a eso también.
DE A DOS

Trabajar con su mujer supone "transitar una vereda de exposición pura" y es preciso demostrar que no sólo es "la mujer de" sino que hay años de experiencia que la avalan.

Aparece el mate, como de disculpa amable por la demora en un tránsito siempre complicado. Osvaldo Laport, rodeado de mujeres, simulando una batalla tremenda no exenta de satisfacción y expectativa. Su debut como director teatral es con  Las novias de Travolta  , de Andrés Tulipano, con un elenco de cuatro actrices, entre ellas, su propia esposa. Surge un llamado al celular, se disculpa y atiende a su hija, Jazmín. Por ese ratito la cara se le ilumina de un modo irrepetible, pero comprensible. Luego durante la entrevista es preciso, no alza la voz, saluda a quienes van llegando a cumplir su tarea en la sala del Chacarerean, convida otro mate y se explaya a gusto, cruzando emociones diversas, orgullos y enojos. Es quien conoció a Viviana Sáez cuando rondaba los 15 años, y hoy la dirige. Es ya un rioplatense de ley, muchas veces galán.

-Pasados los nervios del estreno, ¿cómo te sentís?

-Agradecido y expectante. Esto de ser el director no fue una decisión de los últimos meses, sino algo más artesanal, pensado con Viviana como tantas otras cosas. Ella estuvo siempre en mis decisiones artísticas. Diría que hasta quebramos el prejuicio de pensar ¿y por qué trabajar juntos? Que es probable que estuviera más fuera de nosotros.

-¿Qué cuenta la obra?

-Es el encuentro de cuatro amigas unidas por el recuerdo musical de los años 80 y viviendo la problemática de sus presentes. Esos personajes, en manos de Viviana junto a Adriana Salonia, Patricia Viggiano y Goly Turilli (en TV, Elsa, la mucama todo servicio de  Sos mi hombre  ), nos muestran a quien vive la crisis de pelear por mantener una imagen joven, a quien procura superar la etapa del exilio, a la que le cuesta sostener un romance con un hombre de 25 años y a la que está en plena crisis matrimonial. Sus conflictos, la identificación con la música de aquellos tiempos, con Travolta como una suerte ícono aglutinante de esa etapa de sus vidas, hacen al núcleo de lo que quiso contar Tulipano. La obra ha tenido muy buena repercusión internacional, para nosotros transcurre aquí, son mujeres identificables con nuestra idiosincrasia y más allá de que la función de estreno contó, aparte de los nervios, con la presencia de colegas y gente amiga, generó un muy buen ida y vuelta.

-Venías de terminar un capítulo muy especial como actor: cerrar la historia del personaje que te dio tantas satisfacciones, el boxeador de Campeones de la vida de la temporada televisiva 1999/2000 ahora en  Sos mi hombre  .

-Es verdad, enfrentando a una figura de la realidad como Juan Martín "Látigo" Coggi. Dueño de una experiencia en los rings insuperable y generoso en esta participación tan especial que tuvo.

-Cuantas sensaciones se te habrán cruzado en el proceso de volver a interpretar a un personaje tan recordado .

-Mirá, una amiga y contadora estaba en Los Inmortales con su marido, me llamó por teléfono y me dijo: "Osvaldo, estamos acá en una de las mesas al lado de tu imagen de boxeador", y fue algo especial también, un reconocimiento ligado al cariño que generó en la gente. Guevarita, como yo lo rebauticé en aquellas grabaciones, había tenido su historia en pantalla, pero adosarle lo posterior, sus tiempos de manicomio, su soledad, fue como ponerse un traje nuevo que de movida, por lo menos a mí, me generaba una necesidad de un reacomodamiento.

-Era fuerte tener que asimilar que, como a las personas, le había pasado el tiempo en una vida dura. Y estaban buenas esas reflexiones sobre la soledad, la vida. A la manera del boxeador de Oscar Viale en Trátala con cariño.

-Nos hubiera gustado hacer incluso un poco más, pero lamentablemente hubo una negativa de los autores de Campeones de la vida. Entonces recurrimos a decir "el campeón." y no Guido Guevara, como tampoco pudimos utilizar imágenes de sus peleas originales. Fijate que, te lo decía antes, lo de "Guevarita" era algo que yo incorporé al guión al grabarlo, nunca vino escrito así. Lo charlamos con Adrián Suar, incluso se pensó con la gente de Sagai por los derechos del intérprete, pero Adrián tomó la decisión de evitar mayores conflictos. Igual, para la gente ya quedó instalado de una manera muy especial. Y así como un premio, un reconocimiento, un saludo con afecto en la calle, lo que corresponde es agradecer, respetar. Me ha ocurrido durante grabaciones que se me acerque la gente a los que les toca sumar a una escena como extras para decirme "Osvaldo, sos de los que vienen y saludan a todo el mundo". Y yo me pregunto ¿por qué no? A todos, en algún momento nos toca ser protagonistas y en algún momento nos toca ser extras.
Una charla con el presidente uruguayo

Laport es embajador de buena voluntad del Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y durante la entrevista le llegó un presente floral de esa entidad. LA NACION reflejó, en su oportunidad, su visita al Congo; ese recuerdo y lo que se aprende viendo otros mundos y las buenas acciones nos llevó a un comentario suyo sobre José "Pepe" Mujica.

"Me pedís que diga algo sobre Pepe. Y te digo de corazón, lo primero que me surge es emocionarme antes de poder decir aunque sea una frase sobre un hombre tan maravilloso, que tiene tanta calma y es tan fiel al valor de la libertad. Tuve la posibilidad de conocerlo y entre otras cosas, con su forma de hablar tan mesurada, me dijo: «En nuestro paisito, Osvaldo, somos algo más de 3,3 millones de habitantes, tenemos 10 millones de cabezas de ganado, 8 de porcinos, 5 de ovejas, pero no sé de quién son.». Siempre pienso que Pepe es un elegido, cuánto me gustaría que en el mundo hubiera muchos como él, porque le pondría mayor esperanza al futuro del planeta".