Soledad Silveyra o "Solita" actúa desde los 12 años. Desde entonces, no para y su notable característica es que le escapa a los encasillamientos. Fue Eva Perón en teatro. Fue Susana Trimarco en la telenovela Vidas Robadas.

Y también fue periodista al lograr, en el año 2009, ser la única persona que entrevistó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Fue conductora televisiva de las tres primeras versiones de Gran Hermano. Su "Adelante mis valientes" aún resuena como su "¡Venga!" del Showmatch, donde actualmente se desempeña como jurado.

Soledad no ha hecho más que diversificarse, dejando huellas inolvidables en los televidentes como con Mónica Paz Helguera de Rolando Rivas, la telenovela de Alberto Migré.

La actriz está en la "Ciudad Spa", donde vino para participar del Festival Nacional de Cine Premios Termas de Río Hondo 2015.Desde que llegó (el sábado a la siesta), no ha dejado de firmar autógrafos y ser requerida por la gente a cada paso.

¿Cómo vive hoy esta altísima exposición en un programa que ve todo el país?

He aprendido a llevarlo con humor ahora. Me costó mucho adaptarme.

¿Recurre al humor para exorcizar demonios o para sobrellevar situaciones?

Sí, como también al saber, al divertirme con Marcelo (Tinelli), a tratar de mantener la educación que me dieron. Es un delicado equilibrio, no es tan fácil. He aprendido, en todos estos años, que si te la creés, fuiste y que todos los días empezás de cero. Y que "el yo" hay que dejarlo de lado, por suerte, al menos en mi caso, está bastante dormido.

¿Cómo se consigue ese equilibrio en una mujer como usted que hoy está en esa delgada línea de lo mediático sin olvidar su prestigio como actriz?

Es todo un trabajo, todo un ejercicio. Por otro lado, más allá del entretenimiento, también está bueno que uno se siga llenando de imágenes, leer y estudiar. Eso me abre, me hace muy bien, me divierto. Me siento muy bien. Este cambio en mi carrera me hace bien. Lo que hago en Showmatch es un juego, un personaje que es sanador.

Y todo esto en un jurado tan variopinto...

Y eso está muy bueno. Esa variedad le permite a Showmatch enriquecerse y, a la gente, encontrar una válvula de escape. Yo no reniego de estar en este programa que reúne calidad y es popular, llega al corazón de la gente y se identifica con lo que se genera y también con el costado solidario que tiene a partir de los sueños que se concretan.

Si bien su carrera se fraguó en la TV y el teatro, tuvo breves participaciones en el cine como el que realizará el mes próximo.

Es verdad, yo no hice mucho cine, no soy una actriz de cine. En este caso, yo lo hago porque es un pedido muy especial. Es un filme de Sebastián Wainraich con Carla Peterson, donde hago de la mamá de Sebastián. Es una cosita muy corta porque con el show yo no puedo hacer nada. La verdad, es que muchas horas me lleva Showmatch. Pero, trabajo con alegría y todo esto me hace feliz, me revitaliza. Agradezco a Dios estar trabajando. Acepté trabajar porque me gusta el personaje que me asignaron.

Pero, al parecer, el cine comienza a mirarla. En marzo de 2016 la dirigirá Marcos Carnevale.

Es confirmado que voy a estar con Carnevale. Aún no puedo hablar nada acerca del tema que tendrá este filme. No estoy autorizada si el guión se puede decir o no, pero es la adaptación de un guión francés, una comedia muy divertida. El cine es un espacio creativo maravilloso. Y me pone muy feliz ver el crecimiento que tiene el cine argentino. Es nuestra fuente de trabajo, nuestro lenguaje.

En teatro y telenovelas ha hecho personajes demandantes. ¿Cuál de ellos le ha llevado tiempo elaborarlo en la convicción de que trascendería y permanecería?

En el teatro están los personajes más difíciles. Le diría, por ejemplo, que Perdidos en Yonkers, donde fui dirigida por China Zorrilla. Hay miles, pero a ese personaje había que encontrarle un tono muy justo, era más difícil encontrar el equilibrio.